Si queremos planificar de manera eficiente y ventajosa el futuro de nuestros hijos desde un punto de vista financiero, sobre todo si los mismos padecen desgraciadamente alguna forma de discapacidad o patología grave, podemos siempre tomar en consideración la constitución de un trust (o fideicomiso) para discapacitados.
Este recurso, típico del sistema jurídico anglosajón, permite proteger un patrimonio personal con el fin de garantizar un futuro más sereno a un miembro de la familia que necesite alguna forma de soporte económico, incluso después del fallecimiento de sus padres.
También es posible, procurando elegir las mejores características, suscribir ese tipo de contrato para evitar complicados procedimientos sucesorios, y al mismo tiempo tutelar con más eficacia el patrimonio personal.
Además de necesitar de un administrador con experiencia que cuide todos los aspectos que conciernen la administración del trust, es también necesario contar con un consultor competente que, gracias a su experiencia, proporcione asesoramiento para la personalización y optimización del contrato.